Fin de año: celebrar en armonía
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29.10.2012 | ¿En
armonía?
Las fiestas y los hijos de padres divorciados:
cómo dividirlos sin romperlos
Se vienen las fiestas y las familias empiezan a
planear dónde y cómo festejar. Una especialista aconseja cómo manejar el tema
entre padres separados. De qué modo podemos sostenerlos, cuidarlos y regalarles
momentos alegres atendiendo las necesidades y deseos de todos.
Lic. Carmen Iriondo
En estos tiempos
de cambio veloz, donde pocas tradiciones han logrado conservar un lugar
importante, las fiestas siguen sosteniendo muchos deseos y esperanzas en la
sociedad toda y en el mundo.
El pesebre que
aparece armado en muchos lugares acompañando al arbolito, más allá de la
creencia que profesemos o del escepticismo que defendamos, es símbolo del
triángulo madre–padre– niño y, por ende, una asociación directa a la trama
familiar más primitiva. Enfatiza por lo tanto las funciones de la pareja,
cualquiera sea su género, y el niño como núcleo inicial de lo que se da en
llamar “grupo familiar”.
El divorcio
clásico
Un divorcio suele
traer aparejado un conflicto que reposa INJUSTA y generalmente sobre los niños
y adolescentes que nada tienen que ver con las decisiones que han tomado sus
padres con respecto a separarse.
La familia como
célula, sigue, a pesar de los intentos entusiastas de desestabilizarla,
desempeñando un papel protector y estructurante que se ha sostenido en el
tiempo y marca a fuego la identidad y pertenencia social de sus integrantes.
Así, el divorcio
va a generar un proceso inevitable de duelo por un proyecto perdido que se
asentará sobre las bases individuales e histórico-familiares que hayan
precedido a este evento de separación. Otra vez es necesario remarcar que los
niños no tienen que ver en ésto y que los padres debieran tener presente que en
esa función están unidos de por vida.
Es dable esperar
entonces, en vez de armonía, disidencias, peleas por el poder, amenazas,
proyección de la tristeza transformada en rabia narcisista, falta de
racionalidad, discusiones eternas y preguntas acerca de cómo dividir a los
chicos sin romperlos. Para que puedan pasar las fiestas enteros, en familia
(aunque no sea “toda”) y contentos.
En términos
ideales, los adultos deberían hacerle la vida fácil a los chicos pero sin
sobreprotegerlos ni “compensarlos” con regalos y mimos desmedidos ya que un
divorcio es doloroso pero no necesariamente dramático. A veces evita males
peores.
Imperativos
culturales
El clima festivo
en general implica un imperativo: “Amá a tu familia y al prójimo, en paz,
comiendo y bebiendo (¿con moderación?), perdonando a los familiares y amigos,
aún a los horribles, ¡sé feliz!". El discurso dominante apunta a la
alegría sin límite, a llenar lo que está vacío --sin pensar antes si es necesario
llenarlo--, a tapar rápidamente a cualquier precio lo que en nosotros
sufre, sin detenerse a
pensar de qué se trata.
Es mejor hacer
como decía Séneca: “Cuando no se puede corregir algo, lo mejor es saberlo
sufrir”. He aquí que nos encontramos con gente que en las fiestas sufre y se
enoja mucho, con el consiguiente sentimiento de culpabilidad que los acecha por
no poder cantar villancicos a viva voz y hacerse de un sentimiento religioso o
amoroso para que el mundo duela menos.
Las nuevas formas
de familias: monoparentales, padres y madres del mismo sexo, grupos ampliados,
fracturados, personas solas, personas que han perdido un ser querido, merecen
que intentemos crear procesos flexibles para incluir estas formas de hacer lazo
social. Considerar siempre que es importante una función que autorice, decida
y, si es necesario, sancione para transmitir un límite que haga de contención
amorosa de los más pequeños en plena constitución de su persona.
Tendencias para
la paz
1. Si los padres
no pueden ponerse de acuerdo para decidir con quién pasarán las fiestas sus
hijos, pueden considerar la utilización de los servicios de un mediador para
que los ayude a resolver ANTES de comunicar la decisión a los hijos lo que se
dará por hecho para las fiestas y las vacaciones.
2. Lo aconsejable,
si está en las posibilidades de la pareja, es alternar cada año los dos
períodos:
a) Nochebuena y
Navidad (se puede optar una noche con uno y almuerzo en el otro si están en la
misma ciudad).
b) Fin de año y
Reyes.
3. Intentar con
seriedad que los niños no sientan culpa por no estar con alguno de los padres
en esas fechas concretas. Serán los padres, separados o no, los encargados de
cuidarlos y protegerlos a ellos y NUNCA lo contrario.
Aunque para el
adulto pueda ser difícil aceptar separarse de los hijos en estas fechas
emotivas, la estabilidad de los chicos es lo fundamental y ésto debería
implicar la capacidad de postergación en los padres. El mejor regalo de Navidad
para un niño o un adolescente es pensar en el bienestar de todos y adecuarse a
la situación como padres responsables.
4. En el caso de
que exista una nueva pareja de alguno de los padres, se manejarán las fiestas
con cuidado de proteger a los hijos, sobre todo si la relación es demasiado
reciente para presentarla como definitiva.
5. La realidad de
una nueva pareja supone perder la esperanza de que los padres se junten y los
niños suelen creer que es culpa de esta situación que la reconciliación no se
produce. Tener en cuenta que nadie reemplazará ni tomará el lugar de mamá o
papá, que es intransferible y para siempre. Con sus defectos y virtudes.
6. Hablarles a los
hijos con transparencia. Tomarse tiempos. A veces un año que se considera
“perdido” en términos de vacaciones, es un futuro “ganado” en actitudes de
madurez y respeto por el otro.
7. Mantener una
opinión positiva y firme sobre el otro cónyuge frente a los niños y no caer en
la tentación de criticarlo y/o de averiguar chismes a través de los niños.
Regalitos
La vida es un
regalo. La existencia misma, la amistad, el privilegio de tener familia, techo,
abrigo y buena salud son los mejores presentes que podemos encontrar al pié del
arbolito. Sepamos ser solidarios y reconocernos. Está bueno compartir la
comida, el buen pan, el buen vino y alguna lágrima bien salada.
No importa lo que damos. Importa
que podamos dar.
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