La llegada del primer hijo: dudas y temores

Compartimos esta nota publicada hoy en el diario Clarín


Los miedos de la primera vez como mamá o papá


Consultas más comunes de los padres primerizos y cómo empiezan a asumir su nuevo rol.

01/02/13 - 11:31

El único camino para aprender a ser mamá o papá es la propia experiencia. Por eso, cuando de un día para el otro una pareja tiene un primer hijo, instantáneamente asumen un rol que nunca antes habían tenido. Y la responsabilidad por cuidar a ese recién nacido, frágil, chiquito, que aún no conoce este mundo y mucho menos expresar con palabras lo que le pasa, hace que los miedos aparezcan. Si duerme mucho o poco, si abrigarlo o, no o cuándo darle de comer, son algunas de las tantas preguntas que aparecen en los consultorios de pediatras y neonatólogos.

La médica Lucila Fernie, jefa del servicio de pediatría del Hospital Británico, explica: “Los padres primerizos en general temen a la adaptación a la nueva vida, por llevarse un hijo a casa y querer cuidarlo bien. Eso implica empezar a conocer por qué llora cuando llora, si tiene hambre o si le pasa otra cosa. La familia se tiene que adaptar a eso y a medida que pasan los días van aprendiendo”. En el caso de las madres, dice la especialista, son usuales las consultas sobre la lactancia durante las primeras entrevistas, porque la alimentación les genera ciertas inseguridades y entonces, también, están muy pendientes del peso del bebé. El jefe de la división Neonatológica del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá, Miguel Larguía, y presidente de la Fundación Neonatológica que lleva su nombre, afirma que la mayoría de los miedos tienen que ver con falta de información, prejuicios o mitos: “Uno de los principales prejuicios es que la madre piense que su leche puede no ser buena o suficiente, pero en la medida en que un bebé succione el pecho frecuentemente, todas las madres fabrican más leche y a ningún recién nacido le falta”.

Según Fernie, los primerizos piden información básica acerca de, por ejemplo, los cuidados del cordón umbilical, cuándo se puede bañar al recién nacido o consultas sobre el abrigo. La especialista agrega: “Uno de los miedos que tienen en general las madres es cómo evitar que los chicos se enfermen. Que el bebé llore no significa estar haciendo las cosas mal, sino que quizás tienen que investigar mejor o ver otras cosas que le están pasando. Porque la realidad es que los chicos lloran”.

El rol del pediatra como guía para ayudar a que los padres entiendan lo que le pasa al bebé en determinados momentos es fundamental, porque muchas veces los primerizos se alarman ante cualquier lágrima. Es que, claro, nunca antes lo habían vivido. “ Uno de los temas que el pediatra debe establecer es que todos los recién nacidos tienen cólicos, gases, hipo y estornudos. Eso no es una enfermedad, sino que es normal”, afirma Larguía.
Pero, ¿en qué momento se convierten en “mamá” y “papá”? Hay quienes dicen que la mujer se empieza a vincular con su nuevo rol antes que el hombre, al ser ella quien lleva al bebé en su panza. Sin embargo, Larguía afirma: “Los varones antes no reconocían a sus hijos hasta, quizás, meses después del nacimiento. Pero padre y madre lo son desde el momento de la concepción. De manera que las conductas maternas y paternas son, a veces, previas al embarazo, cuando se busca un hijo, durante el embarazo y ni que hablar después. Lo más interesante ahora es que antes los bebés salían en brazos de sus madres del sanatorio y ahora lo hacen en los de sus padres mientras que las madres llevan los bolsos”. La psicóloga Marisa Russomando, especialista en maternidad y crianza, dice que en general, aunque no siempre, sí hay una diferencia entre hombres y mujeres a la hora de asumirse como padres o madres. Es que en el caso de las mujeres, explica, la maternidad siempre estuvo presente, no como el deseo más importante ni como un deseo en sí mismo, pero es algo que está. En cambio, para la especialista los varones llegan más tarde a asumir este rol: “El hombre tarda un poco más, en general se sienten papás luego del nacimiento y hasta a veces meses después. Ven un poco de costado”. En el caso de las parejas que adoptan es más equilibrado según Russomando: “Sigue la diferencia en el punto de que la mujer siempre tuvo presente el hecho de ser madre, aunque sea para decir 'no tengo ganas'. Pero en la adopción siempre hay una decisión, es consecuencia de un proceso de reflexión largo, no sucede así con muchos embarazos”.

Son cuidadores que se hacen llamar mamá o papá que un día, de repente, a veces sin darse cuenta, se encuentran con que un ser muy chiquito los necesita y que, por lo menos por un tiempo, va a depender de ellos para casi todo.

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