Convivir en vacaciones

La mayoría de nosotros solemos trabajar muchas horas, varios tenemos más de un trabajo  y muchas responsabilidades. A lo largo del año nuestra meta suele estar puesta en la producción y en  el deseo de éxito económico y/o profesional.
Pero qué pasa en vacaciones, cuando intentamos parar la máquina: Unos se enferman; otros padecen un síndrome de abstinencia; muchos continúan conectados; algunos se alteran frente al reclamo de hijos y parejas, que durante el año estuvieron ahí sin que ellos lo advirtieran.
Esperamos todo el año las vacaciones imaginando una postal familiar perfecta, nos representamos disfrutando y compartiendo actividades todos juntos porque las vacaciones en familia son un momento muy esperado y muy idealizado, pero la realidad es que cuanto menos expectativas se tengan más se disfrutará.
Para que cada día no se transforme en una jornada llena de discusiones, peleas y desencuentros, debemos comprender que cada miembro de la familia tiene sus preferencias, su forma de expresarlas y que a lo largo del año cada uno tiene armados  tiempos y espacios propios, y no es sencillo adaptarse a los cambios que surgen durante las vacaciones y armar planes en conjunto que conformen a todos. Aceptar las diferencias y escuchar las necesidades de los otros es fundamental para que la convivencia no cause mayores rispideces.
Durante este período pasamos mucho más tiempo con nuestra pareja y con nuestros hijos del que estamos habitualmente. Diálogo, flexibilidad y actitud positiva son las herramientas oportunas para compartir momentos diferentes y especiales con la pareja.
Los más pequeños, por naturaleza, siempre reclaman presencia, porque precisan afecto, aceptación y seguridad. Si el pedido de atención o la actitud demandante parece ser excesiva deberemos preguntarnos qué tenemos que ver con ese estilo de comunicación. Tal vez el año que comienza podamos considerar repartir de otro modo el tiempo entre el trabajo y la paternidad/maternidad, pero mientras tanto, habrá que escuchar esa demanda y dedicar momentos exclusivos para jugar y disfrutar con nuestros hijos. 
Algunos Tips
No idealizar. Saber que hay una imagen idealizada de las vacaciones. Dejarla de lado y no pretender que todo responda a esa imagen. Dejar espacio a lo novedoso y espontáneo.
Comprender. No todos somos iguales ni queremos lo mismo. Para lograr acuerdos hay que poner en juego recursos y pensamiento creativo que ayuden a escuchar sin preconceptos, a conocerse de otra manera, a darse otros lugares y a no trasladar el esquema de funcionamiento habitual de la familia al período de vacaciones.
No comparar. Las vacaciones anteriores fueron en otro momento y bajo un contexto diferente. La consigna es disfrutar el presente.
No intentar compensar. Si durante el año hubo falta de encuentro no  pretendamos compensarlo en vacaciones. Estar todos juntos todo el tiempo puede resultar asfixiante. Aprovechemos para armar la convivencia cotidiana de modo más equilibrado.
 
Lics. Mariela Lopardo y Gabriela Nelli
Nota publicada en la revista Espacio Kids - enero 2014.

Comentarios

Entradas populares de este blog

la angustia del 8vo mes

Padres de hoy

Familias de hoy