Abuelos de hoy

El Rol de los Abuelos de Hoy
La llegada de un bebé transforma completamente el día a día de un hogar, y no solo altera la vida de los padres sino también la de sus familiares más cercanos, especialmente los abuelos. El nacimiento de un nieto (sobre todo cuando se trata del primero) es un momento de gran alegría, pero que a la vez produce una enorme conmoción, y los abuelos necesitan encontrar cuál es su lugar.
Además los cambios sociales y las condiciones actuales han modificado el estilo de vida y de crianza de las nuevas generaciones, definiendo un lugar diferente dentro de la familia para los abuelos, que ya no representan la figura de autoridad indiscutida que antes imponían ni comparten la tarea cotidiana de criar a los nietos naturalmente dada antaño.
La Relación de los Abuelos con sus  Hijos en el Rol de Padres
Para los nuevos padres, conciliar horarios de trabajo, atención de la casa, necesidades personales y cuidado del nuevo integrante, es una tarea ardua que requiere ayuda adicional. Muchas parejas recurren a los abuelos, ya sea por un deseo genuino de que sean ellos quienes cuiden a sus hijos, o por no poder costear la contratación de una niñera o un la cuota de un jardín maternal. También sucede que los abuelos mismos se proponen como ayudantes, o asumen esa función sin que medie un pedido expreso, y allí es donde suelen suscitarse los mayores inconvenientes.
A algunos abuelos les cuesta respetar a sus hijos en el rol de padres y tienden a hacer comparaciones con el modo en que ellos los criaron, pudiendo resultar muy críticos o invasivos. Alli es cuando surgen los conflictos en cuanto al tipo de educación o crianza que se le da al niño, perdiendo de vista que son los padres quienes lo decidirán, y los abuelos no deben desautorizarlos ni dar órdenes sobre cómo debe ser criado alegando su mayor experiencia, porque las generaciones son distintas y por ende los criterios y valores que persigue la educación actual también lo son.

Los abuelos deben tener en cuenta que educar a sus nietos no es responsabilidad suya. Ya han educado a sus hijos. Los abuelos están para dar cariño, colaborar cuando se les solicita y están dispuestos a hacerlo, y pasar buenos momentos con sus nietos. Su papel no implica una segunda oportunidad para ser padres. Los abuelos ayudan siendo abuelos, no padres sustitutos. Los consejos, la colaboración, el tiempo y el afecto que dan valen mucho siempre que sean ofrecidos de modo genuinamente generoso.

Pero por otro lado, también ocurre que a veces los hijos actúan como si fuera obligación de los abuelos abandonar su vida para cuidar a los nietos, pasando por alto que ellos también tienen compromisos y necesidades propias, o incluso que la exigencia que representa el cuidado de los niños pequeños puede sobrepasar sus fuerzas. Porque si bien los abuelos modernos son vigorosos, activos y saludables, están en una etapa de la vida en que precisan más descanso, y estar durante todo el día cuidando a sus nietos con horarios y responsabilidades similares a las de un trabajo puede resultar agotador, más allá del desgaste que produce en la relación con sus hijos y hasta con sus nietos. 

La Relación de los Abuelos con sus Nietos
El encuentro de los abuelos con sus nietos es siempre muy enriquecedor para ambas partes. Por lo general establecen una relación estrecha, de compañía, complicidad y disfrute, que aporta grandes beneficios al desarrollo psicoemocional de los niños a la vez que representa una fuente de vitalidad para los abuelos, haciéndolos sentir útiles, activos, y más cercanos a la actualidad de las nuevas generaciones.
A los niños les encanta estar con sus abuelos porque con ellos no existen tantas órdenes, obligaciones ni disciplina, y porque pueden hacer cosas distintas a las cotidianas con tiempos más libres. Disfrutan de sus abuelos programando paseos, leyendo cuentos sin apuro, compartiendo tiempo de juego con ellos, escuchando sus narraciones, o deleitándose con las comidas favoritas que siempre las abuelas saben preparar de modo inigualable.
Además los abuelos tienen un rol muy importante en la construcción de la propia  historia y la identidad. Ellos conocen anécdotas, datos y secretos de la historia familiar que a los niños les encanta indagar para saber más sobre la infancia de sus propios padres y el resto de la familia. Así averiguan sobre parentescos remotos, similitudes o diferencias con generaciones pasadas, o el origen de costumbres familiares naturalizadas, generando un sentimiento de pertenencia que más tarde sostendrá los lazos con la familia extensa.
Los abuelos ofrecen a sus nietos el tiempo que los padres no pueden darles por las exigencias del ritmo que la vida actual impone.  Representan para ellos las figuras de paciencia, comprensión, protección y tolerancia que los colman de afecto, tiempo y ternura. Y para eso están los abuelos: su rol no es educar, impartir disciplina ni responsabilizarse por su salud. Esa es tarea de los padres. La calidez de los abuelos es un lugar diferente de afecto, contención y complicidad, que se graba en la memoria con aromas, frases, canciones y lindos momentos compartidos. 


Para no olvidar
Los abuelos no pueden ni deben sustituir a los padres. Son lugares complementarios, necesarios ambos para el desarrollo saludable y equilibrado de los niños.  
Es importante que entre padres y abuelos exista una relación de armonía que favorezca una comunicación fluida, así podrán establecer acuerdos acerca de las normas y el modo de crianza que llevarán adelante cuando los abuelos sean los encargados de cuidar a sus nietos, y tener una relación de mayor confianza que permita a ambas partes pedir ayuda y decir que sí o que no sin tapujos, suposiciones ni obligaciones que tensen la relación.
Las decisiones y necesidades de los padres deben ser respetadas tanto como las de los abuelos. Esto es fundamental para que todos se sientan cómodos y felices de pertenecer a la familia, disfrutando de contar con el otro y teniendo en claro que los principales beneficiados son los niños.
 
 
Nota publicada en revista Mamá Mia - Julio 2014.

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