Estar embarazada

Deseado, inesperado, buscado o planificado, el embarazo siempre representa uno de los momentos más trascendentes en la vida de una mujer. Se producen cambios vertiginosos que  debe asimilar en tan sólo 9 meses, durante los cuales su cuerpo va modificándose continuamente para albergar a ese ser que la habita y la convoca en el pensar y el sentir. Cambian su imagen, su percepción del mundo y sus prioridades. El impacto es a nivel físico, psíquico y emocional, ya que la maternidad implica descubrir, armar y reconocerse en una nueva identidad.

 

Vivenciar estos cambios de modo conciente ayuda a transitar el embarazo armoniosa y placenteramente, y sienta las bases para que la mamá establezca un vínculo sólido y saludable con su bebé, quien la seguirá convocando con la misma o con mayor intensidad durante algunos meses más después del alumbramiento… Sí. Más cambios. Más aprendizajes. Descubrimientos, sensaciones y emociones nuevas que te irán definiendo naturalmente en tu rol de mamá.
La comunicación mamá~bebé

El bebé en plena gestación concentra toda la atención de su mamá. Apenas comienza a sentir las “burbujitas” de los primeros movimientos, ella parece abstraerse del mundo, no hace más que pensarlo constantemente, imaginar cómo será el momento del encuentro, nombrarlo, buscar el contacto acariciando la panza.
El bebé es sensible a los cambios del ritmo y de las emociones de su madre, que puede percibir a través del tono de su voz, de la velocidad del flujo sanguíneo y de la intensidad de sus movimientos.  La comunicación mamá–bebé empieza en la panza. La vida intrauterina es pura conexión.
El bebé está suavemente sostenido en las envolturas del útero materno, en la relación más íntima que puede existir, rodeado de un líquido tibio que amortigua cualquier impacto, en penumbras, escuchando los sonidos internos del cuerpo de su mamá, en un permanente intercambio con ella que satisface todas sus necesidades. Será vital que esa conexión se prolongue en la exterogestación, en los meses que suceden al parto, generando una continuidad que albergue amorosamente esa vida que llega al mundo para sostenerla física, psicológica y emocionalmente.
El encuentro mamá~bebé
El mundo de un bebé recién nacido se limita a su mamá. Ella es alimento, calorcito, seguridad, calma, satisfacción de todas las necesidades. Por eso la mamá reciente necesita estar en un clima de tranquilidad, armonía y afecto que le permita sentirse segura y respaldada para dedicarse al trabajo más trascendente que le ha tocado: sostener la vida de quien acaba de llegar al mundo.
Mamá y bebé necesitan reencontrarse y reconocerse en esta nueva situación, donde hay una nueva voz, donde descubren sus miradas, donde deben aprender a decodificar sus mensajes, a entenderse, a encontrar su lugar. El nido de cuidado y amor que el bebé necesita se construye desde el cuerpo y desde las emociones, en un interjuego constante lleno de descubrimientos y aprendizajes maravillosos que se transforman en recuerdos imborrables, porque el instante del encuentro con tu bebé te cambia completamente la vida.
 
Lic. Gabriela Nelli
Publicado en revista Nacer y Crecer, noviembre 2015.-

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